26 ago 2009

Otra vez no encuentro mi bolsa de tejido.

Recuerdo sentimientos: enojo, tristeza, decepción, alegría, euforia, placer. No sé qué lo provocó o exactamente de dónde surgió, en algunos casos sólo recuerdo vivir el sentimiento. Esta ignorancia de las circunstancias me hace cuestionar la racionalidad de mis decisiones, aunque, de vez en cuando, una foto, un dato, un recuerdo se asoma y le da sentido a todo. Temo a la demencia y al olvido, temo también a lo que ha comenzado ya y no logro controlar. No sé si el discurso que formo cada día tiene sentido. Lo tiene en su momento, pero no sé si se hilvana bien con lo que ha sido tejido antes o si ha, he decidido olvidar y se convierte en un parche.

No hay comentarios.: